miércoles, 29 de abril de 2020

UN SOLOVINO SIEMPRE VUELVE A DONDE AMÓ LA VIDA

Siempre he querido tener un blog, donde pueda escribir lo que quiera. En cualquier formato o sin formato; que simplemente sea una fuente de deshago, donde decir y hablar sobre lo que me gusta, lo que pienso y también de lo que me caga.

Es que siempre he querido un espacio donde poder contar  las experiencias que se me van atravesando en la vida y enriquecen mi memoria. Pero siendo sinceros, tampoco es que yo sea Jacques Cousteau, que ando de aventura en aventura, más bien soy un observador, un espectador que ve la vida cómo quien disfruta sus películas y series preferidas, y alimenta su alma de vivencias, aprendizajes, canciones y momentos… sobre todo de momentos, esos que son memorables, con gente chida, que amo, que me hace sentir a gusto y que le da valor al tiempo que comparte conmigo.

Y por eso este blog estuvo mucho tiempo en el olvido (como siete años, no más), porque por vivir apurado juntando momentos, se me olvida escribir; ya sé que a veces tomo alguna foto, pero me paso más tiempo apuntando en libretitas, postits o pedazos de papel, todo aquello que me resulta interesante, y de paso quitarme de encima el miedo a que algún todo se me vaya a olvidar algún día.

Pero como dijo nuestro presidente, “Esta pandemia nos vino como anillo al dedo”, pues así me pasó a mí con mi blog, porque parece que estos días de confinamiento son perfectos para retomarlo, y ya que después de muchos intentos pude recuperar la contraseña, no hay que dejarlo morir, y como yo siempre he querido tener un blog donde pueda escribir de lo que yo quiera, y de lo que me caga pues aquí ando otra vez, de Solovino.



Jacques Cousteau

"Si yo no voy a descubrir, otra persona lo hará por mí"


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