lunes, 19 de julio de 2010

CUMBIA EN LA ÓPTICA




¿Cómo iba a saber que este lunes no sería un lunes cualquiera?. Este lunes sonó el vallenato en el trabajo, lo traían dos vatos. Mi mente cargada con la Teoría de la Gestalt, sabía que faltaba uno, el de la caja. Santa contradicción, este no fue un san lunes como todos. En lo que uno de ellos pedía permiso para tocar yo estaba esperando que empezara a tocar. Sin dudar le dije al de la acordeón: SÍ, una cumbia, la que sea, pero una cumbia. En eso llego el de la wacharaca y le dijo: sobres el señor ya me dio 7 pesos, quieren una cumbia. Yo quería que me sorprendieran; el de la wacharaca aprovecho para contar que había sufrido un accidente, lo hizo para convencernos (pensaba que sería difícil), no se imaginaba que iba a aceptar sin ningún inconveniente. La Gente que pasaba por la calle miraba para adentro de la óptica, muy sorprendidos según ellos, yo en voz en off me decía: ¡Que chingón! Entonces salieron de la acordeón los primeros sonidos y ¡¡¡a chinga!!! (Sí me sorprendí) Esa rola la venía escuchando en el camión: Cumbia en la playa se llama la rola.


jueves, 15 de julio de 2010

HABIA QUE AYUDAR.

Siempre he pensado que uno no puede decir algo, si no hace nada. En otras palabras si no aportas, como vas a opinar. Por eso hace unos días me puse a criticarme, a ver si tenía razón de decir o repelar. Y no, no tenía razón. Lo que pasa es que después de todo esto que provocó el huracán, de todo lo malo que nos dejo y que nos dio en toda la madre, porque según dicen ha sido el más fuerte y despiadado que ha pasado por nuestra tierra. A Nuevo León lo estaban dejando morir, yo estaba enojado y ya cagado decía: pinches ojetes, pinches cabras, no quieren dar, si la gente de aquí es la que siempre ayuda, siempre manda, siempre se pone las pilas y apoya a todos los que lo han necesitado, no sólo aquí en México, cuando lo de Haití, cuando lo de Chile de aquí mandaron ayuda. Pero además como no me cae la gente que se dice ser algo y a la hora de los chingazos no es lo que dice, por ejemplo eso de que la gente mexicana es solidaria, que ayuda, que apoya, que tiene un gran corazón, que todos somos hermanos, Nel. Les creo hasta que lo demuestren. En esos pensamientos andaba, cuando de repente me puse a pensar, me salí un poco de mi mundito y me quedé ahí sentado viendo las noticias; hasta López Dóriga andaba acá, transmitiendo desde las zonas más dañadas, en un helicóptero sobrevolando una parte de la zona metropolitana, yo digo que tuvo que hacer eso para que vieran los demás estados que en realidad sí estábamos de la chingada. Mi otro yo (que es más mamoncillo que yo) me decía: ¿y tú wey, qué chingados has hecho?, muy chingón ahí criticando, diciendo y ladrando, mucho pedo pero no has hecho nada. Me azorrillé yo solillo y dije: sí es cierto, hay que hacer algo, me vale madre si los demás no dan, no mandan, yo sí quiero dar, yo sí quiero ayudar. Pensando me di cuenta que yo solo no iba a poder aportar mucho, que había que buscar cómo hacerle para juntar lo más que fuera posible; si yo pongo unos 100 o 200 pesos va ser muy poquillo (fue mi primer pensamiento). Hay que juntar mucha ayuda para que sea mucho, sabía que si no hacía nada, después no me iba a sentir bien conmigo mismo, iba a sentir pena cuando viera a esas personas que me conocen, mis hermanos, mis amigos y que preguntaran ¿Por qué no hiciste nada? Al chile no iba a saber que decir, no iba a tener ninguna disculpa a la mano, sería muy duro decir: no, no hice nada. Pero también si no me preguntaban iba a sentir como que quede a deber. Acudí a lo de siempre: a la gente que me podía ayudar, a la gente linda, a los de verdad, a los camaradas chidos, me acordé que cuando hacemos cotorreos ponemos cada quien de 50 lukas, a veces ponemos más de 100 ya cuando juntamos pa’ las cheves, ¡¡utaaa!! que no podamos poner cada quien 100 pesos, si conozco a mis amigos y de primera mano sé que ellos sí tienen un gran corazón, tan grande que hasta quepo yo. Así que escribí un mensaje de texto que decía:

Vamos hacer una coperacha para juntar víveres y poner nuestro granito de arena, 100 por chompa. Vamos a darle, hazme 2da.

Se los mandé. Tuvo éxito. Sabía que me iban hacer un paro.

Así que aprovechamos el cumple del Eli para juntar la lana y listo, la lana se juntó, ese corazón nunca falla. Al día siguiente compramos: Biberones, pañales para adulto y para bebé, gerbers, toallitas húmedas, toallas sanitarias, leche en polvo, jabón en polvo para lavar la ropa y para lavar los trastes, sopas, frijoles enlatados, papel higiénico, jabones, pasta para los dientes, latas de atún, agua, y una bolsa de ropa, gracias a Dios se juntó un buen montoncito de víveres. Y así, el domingo en la tarde nos fuimos con toy todo y además con el corazón contento a entregar todo lo que juntamos. Fuimos a la colonia La Condesa, que está allá en el sur, frente a walmart las torres. La Condesa es una de las colonias que se vieron más afectadas; El Rio La Silla se desbordó, se llevo casas y dejo otras inundadas casi hasta la mitad, fuimos y entregamos lo que llevábamos. La mitad lo entregamos a un grupo de señoras que andaban buscando algo de agua, nos detuvimos para entregarles la ayuda y nos contaron como estaban, se sintió gacho. La otra mitad se la dejamos a un albergue que está acá de éste lado del rio. Cuando llegué a mi casa mi jefa me preguntó, ¿qué cómo nos había ido?, y le dije: pos bien y no tan bien… bien porque pudimos dar y ayudar y no tan bien porque sentimos que era poco lo que pudimos juntar…

Nos quedamos con ese sentimiento, será porque cuando se ocupa tanta ayuda, la que uno puede dar parece muy poca.

A los amigos que me ayudaron a ayudar: muchas gracias. Pusimos nuestro granito de arena.

Hasta ahorita sólo ha llegado ayuda de Veracruz y Zacatecas.